3.3.07

Esfuerzo tres


Después de la hora
precisa,
acostumbrada,
decides posar
tu cuerpo
en mi mirada
y paseas voluble
tus alas en el viento.

Después de la hora,
citas mis ojos a tu forma,
al borde fino de tu falda
que gravita lentamente
sobre la lujuria
y deslizas esas brasas
de ojos tuyos
tan profundos
en mis ansias sinceras
de ti.

Después de la hora
en que dejaste de ser
lirio,
decides mostrarme
en secreto
el exquisito sabor
de tu frescura.
Te posas así
libre,
pura,
esbelta,
como gozando el viento
en tu pelo
y gozando saber
que tu esfuerzo
profano
logró dejarme
sin aliento.


David E. Alvarado
El Salvador
©2007 DEARmente