— y después de ver tu foto
no pude dejar de verte —
no pude dejar de verte —
algunos de mis deseos
sobre tu piel
que amanece frecuentemente
en mis pupilas.
He dejado algunas hojas
cubrir mi desobediencia
al insistir por todos los medios
en verte
y sentir esa explosión cardíaca
volcarse en mi interior.
Refreno mi lengua
para no gustar
de tu sonrisa
que apenas despunta
ilumina mis ganas
y me seduce a decir
gritando
tu nombre.
He decidido
poblar mi carne
con tus guerras
y dejar que los silencios
que hay entre nosotros
terminen desnudando
lo más sincero que hay en ti
y la más franco
que pueden llegar a ser mis manos.
He dejado caer como gotas
algunos de mis pensamientos
más absurdos
acerca de tu boca
y pienso que con besarla
no sería suficiente,
no sería nunca suficiente.
Y mientras estoy lloviendo
sobre ti,
he decidido
poblar mis ganas
con el simple sonido
de tu nombre,
para no tener mañana
que abrir mis ojos
si no simplemente
guardarte en mi memoria.