No evites pronunciarme.
Esa palabra no debe mencionarse nunca.
Sin embargo, debe insinuarse como siempre,
ingnorando que es tu forma acostumbrada
de llamar la atención.
No puedo evitar pensarlo,
tienes todos los efectos
a tu favor, en tu cauce.
La prisa,
la calma,
la espera,
la impaciencia.
La luz,
la sombra,
la paz,
la tormenta.
Y no es sincera tanta belleza de tu parte,
ni la palabra más desnuda
que puedas pronunciar.
No es sincera tu forma
de no darte cuenta de las cosas
y evadirlas.
Enrosco el último pensamiento en mis manos.
No puedo pronunciarme a favor de tu maniobra.
Tu verso no es congruente con mi ceniza.
Tu boca solo sabe invocar mis llamas.
Tanta belleza nunca es sincera.
Siempre hay algo de injusticia
en dejarte ver en mis ojos que desean tanto
no verte, no quererte.
Pero no voy a salir descalzo de este intento,
no voy a dejarte tanto.
Voy a pronunciar
mi nombre en tu silencio
aun después
de tantas evasivas.
David E. Alvarado
El Salvador
©2008 DEARmente
