
No es del todo cierto
eso que se dice de nosotros.
No estábamos completamente enamorados.
No lo estábamos.
Quizás un poco entusiasmados,
uno del otro,
por efectos meramente sensoriales.
Quizás un poco solos.
Quizás un poco lejanos.
Esa necesidad constante de buscarnos,
eso que se dice de nosotros.
No estábamos completamente enamorados.
No lo estábamos.
Quizás un poco entusiasmados,
uno del otro,
por efectos meramente sensoriales.
Quizás un poco solos.
Quizás un poco lejanos.
Esa necesidad constante de buscarnos,
encontrarnos
y suspendernos indefinidamente
y suspendernos indefinidamente
en nuestras miradas,
era sólo un efecto casual,
un detalle de lo aleatorias
que pueden llegar a ser
dos personas perdidas en sí mismas.
No eran tus ojos
lo que seguían mis ojos.
Era luz...
No eran tus manos
lo que seguían mis manos.
Era calma...
No era tu boca
lo que constantemente
necesitaba mi boca.
Era quizás sentirse segura
de no estar sola
con tantas ganas de
un poco de dulzura.
No eras tú a quien buscaba.
Era un poco de algo que me hacía falta,
tanta falta,
que ahora me duele
hasta la reflexión más próxima de eso.
La gente se equivoca;
el tiempo no se equivoca.
No es del todo cierto
eso que siempre se ha dicho de nosotros.
No estamos del todo olvidados en la historia.
No lo estamos.
Seguimos aquí
buscando las respuestas que quizás
estaban allí,
en esa luz
que se colaba en nuestros ojos
cuando estábamos tan cerca.
Y seguimos deseando
no habernos escapado
a pesar de no ser cierto
todo eso que se dice.
David E. Alvarado
El Salvador
©2008 DEARmente