"...¿vivirán estos hueso?
Sólo tú lo sabes."
Presentí que me quedaba poco tiempo,
por eso decidí mostrarte mi palabra más sincera,
aunque tú la conoces mejor que estos huesos
que se mantienen bajo tierra;
tú conoces bien,
mis inicios y finales.
En aquellos días,
mi espíritu solía cantar sin pena.
Ahora, en vano intenta esconderse
tras la ecuación más profunda y olvidada
de mis excusas.
Presentí que nunca más
volvería a florecer
en los ojos de esa niña.
Y lloré,
como tú alguna vez lo hiciste.
Ahora sé que tal vez en otra forma
mis pendientes sería menos pronunciadas,
mis palabras serían menos subversivas,
mis temores serían menos,
y menos...
Pero aquí, en esta forma,
en este desierto de horas sin respuesta,
sólo me queda esperar tu aliento,
y saber, si después de oír tu voz
golpeando las paredes del silencio,
podré decir nuevamente tu nombre,
sin sentir que muero
al pronunciarlo.
¿Me escuchas?
¿Puedes tú decir mi nombre sin marearte?
David E. Alvarado
El Salvador
©2009 DEARmente
El Salvador
©2009 DEARmente