en que no puedo pronunciar tu nombre
provoco mi boca con tu imagen;
atizo mis ganas con tu luz
que se desprende lentamente,
infinitamente,
entre mis sentidos.
Y vuelvo, sin cesar,
a caer entre tus brasas;
a sentir tu miel, tu néctar.
A incendiar mis bosques.
Pienso que soy como tú eres:
luz,
fuego,
y me poso irreverente
en tu incendio,
en tu boca,
en tu seno.
Cercano a ese instante,
etéreo e inconsciente
en que mi boca clandestina
se confunde entre tu vientre,
respiro
un vez más tu nombre,
entre golpe y bocanada,
y un absurdo e íntimo suspiro,
un recuerdo,
una palabra,
me transforma y me hipnotiza
y vuelvo siempre
a caer entre tus brasas.
Pienso que soy como tú eres:
luz,
fuego,
y me poso irreverente
en tu incendio,
en tu boca,
en tu seno.
Cercano a ese instante,
etéreo e inconsciente
en que mi boca clandestina
se confunde entre tu vientre,
respiro
un vez más tu nombre,
entre golpe y bocanada,
y un absurdo e íntimo suspiro,
un recuerdo,
una palabra,
me transforma y me hipnotiza
y vuelvo siempre
a caer entre tus brasas.
David E. Alvarado
El Salvador
©2007 DEARmente