17.12.07

A oscuras


— ni se enciende una lámpara
y se pone debajo del almud —
(MATEO 5:15)

Me es difícil corregir la hora
porque no me encuentro
tan seguro de estar
en el lugar preciso.

Me es difícil distinguir las voces;
entre tanto silencio
sólo escucho la noche caminar
y poseerme.

Extiendo mi idea
intentando tocar algún sitio
y fecundar un escape
de esta sensación nauseabunda
que me produce la impaciencia.

Mas no puedo dejar de pensar
lo difícil que se me hace distinguir,
entender,
discernir
si estoy en el lugar preciso,
en la piel correcta,
en el instante que demandan
mis instintos.

Y es que hace tiempo
deje de ver el mundo
con las luces apagadas.

Me es difícil corregir la hora
porque no se distinguir tu boca
de entre tantas bocas
y me apena saber
que estoy perdido,
perdido,
y que aunque intento
fecundar mi escape
con la idea más astuta,
aún no acabo de encontrarme
y es que ya hace tiempo,
mucho tiempo,
deje de ver el mundo
con las luces apagadas.