o en tu cuerpo.
Caer en dirección contraria al viento.
Lejos de las lágrimas.
Caer entretejido de argumentos que sostengan
que nunca estarás tan cerca de ser sincera
como cuando me besas
o cuando dejas que te bese
con prisa
y a veces deteniendo el tiempo
que nunca es suficiente.
Puedo caer
levemente en tu cuerpo,
llover a gotas en tu piel,
ser la excusa improvisada para detener,
aunque sea por un momento,
esa cultura de negarte a ti misma este suspiro,
este aliento de mi boca
que te come a pausas la conciencia,
este minuto en que decidimos detenernos,
aquí,
sobre la carretera
donde alguien quizás nos reconozca
por lo utópico que solemos ser
y besarnos
hasta sentir que podemos volver a hacerlo.
Puedo caer
exactamente
entre tus manos
o en tu sexo
y no saber cuándo
o dónde
comencé a poco
a robarte la inocencia.
No voy a involucrar mis ideas en este acto.
No voy a involucrar más de lo que obtengo.
Jamás volverás a ser tan sincera
que cuando te beso
en el estacionamiento de alguna excusa
o en la oficina de alguna pena clandestina.
No promuevas la cultura
de negarte a ti misma
este instante cósmico y transparente.
Este instante que tal vez mañana te cause risa.
Puedo caer
levemente
en mis propios agujeros
o caer, sin pensarlo,
en mi pesimismo
y aun así no saber exactamente
cuándo o dónde
comencé a poco
a querer que sucediera.
Cuándo o dónde permití
que nos pasaran tantas ganas.
Y sin pensarlo,
ni un momento,
vuelvo a sentirme
como si no supiera
lo que he hecho.
David E. Alvarado
El Salvador
©2008 DEARmente