No.
He comenzado a sentir culpa
por no haberte dicho lo contrario
esa tarde en que mis ojos
se llenaban del sol del horizonte
y de tus ojos
que me abrazaban con luz y esperanza.
Tuve la sensación última
que se percibe
cuando alcanzas a ver la muerte
sentada en la valija de tus sueños,
pero, el sentirme vivo,
tan vivo en ese instante
debió restarle importancia.
He comenzado a recoger
los pedazos que quedan de la historia
y en lo más profundo de mis aguas
aún sonríe la fe
que me obliga a decir
que me haces falta,
que pude ser
y decir
lo contrario,
cuando tus lágrimas
bendecían la tierra
con un amor tan profundo
como la tristeza.
¿Me amas?
Sé que dije algo contrario
a lo que intento
decirte ahora.
David E. Alvarado
El Salvador
©2008 DEARmente