
Intento, sin lograrlo,
detenerme;
evitar,
aunque sea por un espacio diminuto,
mirarte,
desearte,
tocarte.
Intento,
algunas veces hasta agotarme,
no pronunciarte,
no decirte siempre cuando hablo,
no dejar escapar de mi boca
ni una sola palabra
que contenga tu memoria.
Intento no quererte,
en vano.
Algunas veces mis manos
me piden tu pelo.
Algunas veces mi boca
pide sin descanso tu cuello.
Algunas veces mi piel,
desierto de culpas,
me pide el agua de tu cuerpo.
Yo intento siempre,
como siempre,
no pensarte,
y te pienso.
No dejo de pensarte.
¿Acaso hay algo más absurdo?
¿Acaso hay algo más insano?
Pensar que no te pienso,
aún cuando no acabo de lograrlo,
será siempre mi último intento.
detenerme;
evitar,
aunque sea por un espacio diminuto,
mirarte,
desearte,
tocarte.
Intento,
algunas veces hasta agotarme,
no pronunciarte,
no decirte siempre cuando hablo,
no dejar escapar de mi boca
ni una sola palabra
que contenga tu memoria.
Intento no quererte,
en vano.
Algunas veces mis manos
me piden tu pelo.
Algunas veces mi boca
pide sin descanso tu cuello.
Algunas veces mi piel,
desierto de culpas,
me pide el agua de tu cuerpo.
Yo intento siempre,
como siempre,
no pensarte,
y te pienso.
No dejo de pensarte.
¿Acaso hay algo más absurdo?
¿Acaso hay algo más insano?
Pensar que no te pienso,
aún cuando no acabo de lograrlo,
será siempre mi último intento.