No ha pasado tanto tiempo,
me dije, sin abrir mis ojos,
mientras escuchaba la lluvia caer a cántaros
sobre el pasto, los tejados y las aceras sin sonrisa.
No ha pasado tanto tiempo y,
sin embargo, ha pasado tanto...
Afuera llueve, tanto tanto tanto
como tu recuerdo en mis silencios.
Hoy la lluvia trae tu nombre
y este café no logra despertarme.
David E. Alvarado
El Salvador
El Salvador
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