Jamás imaginé llegar a estar tan cerca
de estar tan lejos de todas partes
para situarme exactamente en ningún lado.
Nunca pensé que pudiera haber tanto encierro,
tanta asfixia, en este espacio abierto e infinito.
Ni la idea más feroz, ni la más loca,
se pronunció a favor o en contra de tanto silencio,
de tanta calma.
El abandono es evidente,
sin embargo, no hay quejas.
Mis ojos reservan sus comentarios
para cuando aparezcan las estrellas,
y mis labios se muerden entre si
como encerrando las palabras.
Mi corazón,
a pesar del congestionamiento permanente
en mis venas, sonríe, y aplaude.
Jamás imaginé un cuadro similar:
Yo, solo, conmovido por la nada.
Llegar tan cerca de estar tan lejos
de todas partes y aterrizar en ningún sitio,
debería ser una faena impresionante,
pero no lo es.
No lo es.
David E. Alvarado
El Salvador
El Salvador
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