10.7.18

Acierto


No todo está perdido, me repito,
mientras el viento acaricia los árboles
y las aves me saludan desde lejos.

Siempre hay alguien cerca
que da crédito a mi plegaria.
Culpar de tanto al destino
no siempre es el camino más fácil.

Algo, aunque sea poco,
debe correr de mi parte.

Entre el hollín del ruido colectivo
siempre hay una palabra dolorosa,
pero lo que no fue a veces duele más fuerte.

¿Es este el gesto de la muerte?
¿Es su risa la que rebota en el asfalto?
¿Es necesaria tanta soledad?

No todo está perdido, me recuerda el ambulante.
Dejaste puesta tu palabra donde cuenta, dice.
Y quizá sea cierto.
Quizá acierto.


David E. Alvarado
El Salvador
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