5.7.18

Alivio



Ahora que he sido soterrado por las circunstancias
y las raíces ancestrales me han tomado prisionero
empiezo a asimilar el contenido de tus palabras.
Su sinceridad violenta y espontánea
me abofetea sin descanzo al recordarlas,
como tus ojos cuando mis ojos los veían,
como tu risa que siempre me negabas.

Ahora que el dolor es ilógico y excesivo
y mi voluntad se ha rendido en todas sus guerras
empiezo ceder espacio a la apatía.

La onomatopeya de mis emociones
se ha quedado desnuda y sin argumentos,
como mis ojos cuando tus ojos me evadían,
como mi risa cuando nadie la necesitaba.

En este espacio siniestramente melancólico
donde mi sangre hace juego con la arcilla
mi autoexilio es un remedio voluntario.

Aquí el verbo no conjuga con tu nombre,
y es un alivio.

Sin alas mi posopografía es inexacta,
aunque la ficción insista en lo contrario.
Yo no soy la partícula que piensas,
aunque mi silencio te conceda la victoria.

Ahora que he sido soterrado por el peso de tus palabras
y mi voz alegórica se suicida en todos sus intentos
empiezo a resignar mis intenciones.
La intensidad con que golpeaban mis latidos
se irá apagando como el fuego del ocaso,
como mis ojos cuando no te veían,
como mi risa cuando el dolor me consumía.

Ahora que el silencio nemoroso me cobija
y mi promesa clandestina se hace piedra
empiezo a aceptar el olvido en mi condena.

Si te entrego en rendición todas mis piezas
podrás formar mil argumentos en mi contra.

Si ahora estás contenta
y te emborrachas de alivio por mi ausencia,
no olvides brindar porque nunca vuelva.

En este espacio donde la noche me seduce
el autoexilio es un deseo inesperado.

Aquí la nostalgia no repite tu nombre,
y es un alivio.

Sin alas, mi sentimiento no te busca,
aunque el eco en la distancia manifieste lo contrario.
Yo no soy esa partícula que imaginas,
aunque en silencio te repitas otras cosas.

Yo no soy la palabra confundida.
No soy la mentira que germina.
No soy el tormento acumulado.

Soy la prosa en el caos,
el verso que protege,
la profecía inevitable.

No estoy contento,
pero es un alivio saber que es un alivio
tropezar con la excusa exacta para perder en este juego.

Tres veces alivio,
Tres veces acertijo,
Tres veces consecuencia.

Y si con eso no basta para que tu sonrisa sea plena,
no dudes que dejaré algo de dolor a la mano
para que lo uses como alivio.



David E. Alvarado
El Salvador
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