A Lirio, 22 de abril.
sin pausas ni equilibrios.
Dejar desbordar el sentimiento sin culpa
ni compases estructurados.
Es un buen momento para que mi voz
se confunda con esa brisa traviesa que te toca la boca
las manos
tu cuerpo...
Un buen momento para que estos versos
se amarren a tu cuerpo como no lo hace ni tu ropa.
Entre aves y sobras citadinas
toda poesía parece disonante.
El verso que se manifestó infinito en la pared
ha sido plagado de orines colectivos.
Sé que un poco de locura es suficiente
para inundarlo todo en estas calles
y confundir al árbol silencioso.
Si no es suficiente esta excusa
provocaré una guerra sin tregua
entre las cosas que se saben
y las que solo puedo decir contigo.
Este momento es furiosamente adecuado
para cualquier te quiero que te espante
y que mañana acaricie tu sonrisa.
David E. Alvarado
El Salvador
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