Estaba parado,
quieto,
totalmente dispuesto
totalmente dispuesto
a estar indispuesto para todos
y nadie a la vez;
mientras en mi estúpida cabeza
nacía una promesa
(tormenta sin tregua ni caricias,
llanto sin historia de respaldo,
queja sin fuero ni esperanza).
y nadie a la vez;
mientras en mi estúpida cabeza
nacía una promesa
(tormenta sin tregua ni caricias,
llanto sin historia de respaldo,
queja sin fuero ni esperanza).
El viento,
el smog,
los ladrillos...
Aquí alguien perdió su mirada en otros ojos
quedando sin esa luz que ríe al desnudarse,
haciendo de las sombras agujeros de nostalgia.
haciendo de las sombras agujeros de nostalgia.
Me quedé parado,
quieto,
sin sonrisa.
Un relámpago dijo tu nombre varias veces;
yo me quedé en silencio,
como si de pronto fueras a aparecer
entre mis ganas.
David E. Alvarado
El Salvador