16.3.07

Caída libre


Fotografía de Norbert Guthier


Decirlo así es simple:
tomas impulso,
cierras los ojos
y te dejas caer.

En la euforia, habrás perdido
alguna palabra,
la más importante quizá,
y entonces
todo ese equipaje
no te servirá de nada.
Sin esa palabra
lo demás es cotidiano.

Decirlo así es muy sencillo:
sientes el viento,
abres los ojos
y estás cayendo.

Habrás pensado en la maniobra:
regresar,
voltear la página,
convertir toda esa gravedad
en desesperación,
explotar en granizo y arena,
o en fuego.
Diluir en tus venas
esos instintos erógenos
que te han llevado hasta ahí,
hasta ese punto.

Decirlo así es muy simple,
hasta simpático.

Cierras los ojos
y te dejas caer.

Todo ese absceso cósmico
se habrá ido contigo
pero habrás perdido esa palabra,
la más retórica,
la más sincera,
la que tiene alas.

Decirlo así es vital:
abres tus ojos vacíos
al vacío,
a la nada,
inmolas tus ánimos
mientras prosigues
en caída libre hasta su cuerpo.

David E. Alvarado
El Salvador
©2007 DEARmente