10.6.11

El verso equivocado



No me pronuncies
despacio
porque me acelero.

Ni procures acelerar mi causa,
pues lentamente me rebelo.

Si al fin olvidaste aquella palabra tan precisa
puede entonces que ya nada te detenga,
mas si la recuerdas tal como era
puede que sea justo lo que te abstenga.

Si te ofende un poco mi rima
no acuses por defecto a mi prosa.
En horas no hábiles siempre hay espacio
para un poco de indisciplina.

Decir cualquier cosa
siempre es motivo de alguna queja.
Si alguna ventaja tiene el silencio
es por su ausencia de fe de errata.

Y si al final de este discurso
no te convences de alguna cosa,
no tengas pena, más date cuenta
que sin notarlo, has usado tantas veces
el verso equivocado.


David E. Alvarado
El Salvador
©2011 DEARmente